viernes, 20 de julio de 2007

INODORO PEREYRA Y BOOGIE EL ACEITOSO

Inodoro y su tata



'Pereyra por mi mama, Inodoro por mi tata, que era sanitario' se presenta a sí mismo este gaucho macho y cabrío: Inodoro Pereyra, el renegau, es tan argentino como el dulce de leche, la birome o el colectivo. Y no porque use vincha, ande bien montao y sea bueno pa'payar. Esas son sólo apariencias y -se sabe- las apariencias engañan.



Que lo diga si no la pobre Eulogia Tapia, compañera del Inodoro, a quien el Negro disgraciau del dibujante le hizo engordar 67 kilos en dos cuadritos.'Lo que pasa es que es un personaje surgido a partir del cancionero folklórico que por entonces estaba de moda -se excusa en vano Fontanarrosa, su creador-, recordemos aquello de la sangre rumorosa y la cintura cósmica. Cuando Eulogia aparece en la historieta era una linda mina, después se pone fulera'.
Con más caderas pero no menos carácter, se vuelve una mujer estilo neorrealismo italiano: "Endijpué de tantos años, si tengo que elegir otra vez, la elijo a la Eulogia con los ojos cerrados -dice tierno, el renegau -. Porque si los abro elijo a otra".

Como en su primera aventura, dos lagrimones le ruedan otra vez por la caripela: Inodoro Pereyra cumple ahura 25 años. Nació y creció en la revista cordobesa 'Hortensia', en una época de consagración del folklore.
La historieta era, originariamente, una parodia en la que se exageraban los giros lingüísticos y los estereotipos terruñales. Una combinación de lugares comunes del radioteatro gauchesco -que el propio Fontanarrosa escuchaba de chico-, la jerga nativista y el 'lenguaje 'festivalero' a lo (Armando) Tejada Gómez', según las palabras del humorista.

Munido de documentos, diccionarios, música y literatura, Fontanarrosa se adentró en la temática campestre. En un rejucilo de bravura sintetizó -tal como él mismo cuenta- todos esos conocimientos en la línea finita y pelada con que simbolizó, en los cuadritos, el horizonte y la chatura de la pampa.

"Alguna vez me preguntaron si Inodoro refleja mis conocimientos.




No hay que engañarse. Sumando todas las horas de mi vida que estuve en el campo, si son cuatro es mucho. Al campo no lo conozco ni me despierta curiosidad', admite.

'La eficacia de la historieta reside en trabajar sobre mensajes debilitados en su reiteración, sucesión de efectos que carecen de sentido. Porque la parodia, como la caricatura, no hace sino resaltar lo manifiesto: no inventa, enfatiza explica el escritor Juan Sasturain en El domicilio de la aventura.

La evolución natural de las especies hizo que, después, la 'sátira feroz al folklorismo' -tal como apunta el periodista Marcelo Moreno en una nota publicada en el fenecido diario 'Convicción'-, ampliara a posterior¡ su temática. jue el paso inevitable que debía dar una historieta surgida en una revista humorística y consagrada en un diario. 'Lo que empezó como una parodia ya no lo es', ricuerda Sasturain.


De Martín Fierro a Molina Campos

Pariente lejano del gaucho de José Hernández, al renegau se le escapa la genealogía, sobre todo al principio, cuando era gurí. Se le notan, entre otros rasgos, los modos heredados del Martín Fierro, en la versión dibujada por Juan Carlos Castagnino.

'Es significativo el episodio inicial del primer tomo de las historietas: Inodoro se halla en una situación semejante a la de Martín Fierro al encontrarse con un grupo de soldados, de la que lo salva un equivalente de Cruz y lo invita a huir juntos a las tolderías. Inodoro rechaza el ofrecimiento argumentando: 'A esto ya lo leí en otra par-te y yo quiero ser original' La historieta del autor introduce la preocupación del arte por la innovación en la cultura masiva y, al mismo tiempo, la réplica de Inodoro sugiere que la historia cambió y que no es posible repetir a Martín Fierro', apuntó Néstor García Canclini en su libro Culturas híbridas.
La historieta de los primeros tiempos era gráficamente más elaborada: las tomas cinematográficas (primeros planos, picados y contrapicados, contraluces), la



alternancia de líneas más juertes (para los rasgos del gaucho, por ejemplo) y más débiles (si se trata de un personaje de alta extracción social); los juegos con los bordes de los cuadros y el trabajo con las texturas (el enojo hace que a los protagonistas se les hinche la yugular o se les llene la cara de puntitos de ira),
El Inodoro gurí tenía los ojos achinados y los caracteres físicos de los personajes de La guerra al malón del Comandante Prado, en la versión del pintor Carlos Alonso, tal como señala el propio Fontanarrosa, Endelpué el renegau enflaquece y entuata más endelpué los ojos se te vuelven saltones y la boca más dientuda, al estilo de los paisanos de los almanaques de Alpargatas ilustrados por Florencio Molina Campos.
Cuando la historieta emigra de 'Hortensia' a 'Mengano', y de allí a 'Siete Días', comienza a percibiese una voluntá de narrar las aventuras por entregas, a partir de recursos de suspenso que imitan burlonamente a los del folletín y el radioteatro. En el diario 'Clarín', en cambio, vuelven a ser historias unitarias.
A diferencia de lo que ocurre en otras historietas, en la de Fontanarrosa el remate suele ser secundario, dado que el efecto humorístico no se sintetiza exclusivamente en el final sino en la vertiginosa acumulación de chistes previa: el ideal es una ocurrencia por cuadrito.
Tanto el remate como muchos de los chistes intermedios están a cargo de Mendieta -un animal que anteriormente jue un crestiano pero una noche de eclipse se emperró- que funciona como la conciencia sensata (Negociemos, don Inodoro) en estas historias de humor errático y absurdo.


Chanta y antihéroe: 'Un argentino común'




¿Ande jueron a parar los tan mentaos refranes gauchescos y las referencias con reminiscencias literarias? Con el avance del tiempo y los cuadritos, la parodia de otros discursos cedió su lugar al tratamiento directo de las situaciones y los personajes del día. Según observa Sasturain en su ensayo, Pereyra "se ha desintelectualizado para crecer periodísticamente. Ya no hay casi narración: hay chistes'.
Inodoro, la Eulogia y el Mendieta suelen protagonizar tres tipos de situaciones: los enfrentamientos con malones, militares y plagas de loros; las pequeñas delicias conyugales -algunas de las cuales terminan con un mate que vuela por los aires- o el encuentro con personalidades de todo tipo: desde Jorge Luis Borges, Don Quijote y los Reyes Magos hasta Súperman, E.T., el Zorro y los defensores de Greenpeace. La que cada vez llega más a menudo de visita es la actualidad.
'Recuerdo que, por el año 76 o 77, cuando vi compilado uno de los libros de Inodoro me di cuenta de que era bastante violento. Inodoro se la pasaba peleando con la policía, con los soldados, con los indios, con todo el mundo. Mientras lo iba publicando no me daba cuenta pero después noté que estaba reflejando un momento violento', cuenta Fontanarrosa.
Si antes el renegau salía a peliar contra la luj mala y el Mandinga, haberá que verlo áhura defenderse de la deuda externa, los prófugos de la justicia, los políticos y el antidopin, entre otros males propios y ajenos.

'Inodoro Pereyra se convirtió en un 'argentino común', que ve transcurrir la actualidad con un asombro que se acerca al desconcierto (...) El dibujo es menos sorprendente y audaz pero no perdió calidad: sucede, simplemente, que el elemento visual ha cedido el protagonismo y se subordina estrictamente a las necesidades del diálogo, gran primer actor de estas historias. Es el ininterrumpido fluir de gags verbales, de
juegos de palabras, el que desata incontenible la carcajada o, a veces, la reflexión irónica o amarga', señala Daniel Freidemberg en una nota bibliográfica.

El renegau es un antihéroe: 'un tipo como tantos que hace lo que puede y no lo que quiere. Que reacciona como cualquiera de nosotros, pero que, por sobre todas las cosas, es un personaje digno', explica Fontanarrosa.

Es justamente por estos sentidos antagónicos -la dinidá, la derrota, la viveza crioya- que Inodoro Pereyra es tan argentino como el dulce de leche, la birome o el colectivo: un verdadero mojón de argentinidá. Que lo parió.



Judith Gociol



Boogie de frente y de perfil



Nombre: Boogie

Alias: el Aceitoso

Fecha de nacimiento: 1972

Lugar de nacimiento: Revista Hortensia

Domicilio: Desconocido

Padre, tutor o encargado: Roberto Fontanarrosa

Estado civil: soltero

Hobbies: comprar armas, disparar a transeúntes desde la ventana de su departamento

Señas particulares: anda todo el día con un cigarrillo en la boca

Personaje admirado: Jack, el destripador

Personaje detestado: el resto de la humanidad

Observaciones: delincuente peligroso

"El sueño americano"

"Sé que Boogie me despreciaría mucho,
Por sudamericano de un país periférico
y por hispanoparlante.
No entraría dentro de sus amistades."

Roberto Fontanarrosa






Wanted. Buscado



"Tonto sentimental"


Prófugo de la justicia desde su nacimiento, Boogie, " el Aceitoso", se convirtió en un profesional de la violencia.
Matón a sueldo, sirve con efectividad asesina al mejor postor : puede perseguir judíos, negros, homosexuales o chicanos, extorsionar a periodistas por orden de algún político, protagonizar el aviso publicitario de la " 44 Magnum de luxe" o - más humanitariamente- asistir a un suicida al que el falta coraje para matarse.

Es rubio, musculoso, de fuerte contextura física. Mandíbula a lo bulldog, tiene la típica dentadura, enorme y perfecta, de sus admirados yanquis. " Seguí el consejo de Quino -argumenta Roberto Fontanarrosa, su ideólogo- : ser lo más libre posible de entrada, para no ajustarme al encadenamiento, al cautiverio que significa ceñirse a una evolución a una evolución cronológica" (1)
No obstante, desde hace algún tiempo, se le nota más gordo ; su cuello perdió forma y ya no se afeita con asiduidad : Boogie envejeció.
En los últimos tiempos, el personaje participa cada vez menos activamente en las aventuras. Más que protagonista, se volvió un relator de las historias de otros, ahora también calla y escucha. No hay que dejarse engañar : sigue igualmente frío, calculador, irónico y canchero, pero - luego de tanta inteligencia puesta al servicio del mal - ya no pueden ser peor. Sólo le resta confirmar su personalidad una que otra vez



"¿Cómo lo harías tú?"


Un duro al estilo yanqui




Seguramente Boogie casi no leyó libros en su vida , pero - de no haber nacido en una historieta- bien podría haber sido uno de los personaje del género policial negro ( Boogie " ¡sucio negro ¡") que aparecieron en los Estado Unidos a partir del crack de la Bolsa de Wall Street, en 1929. El mismo tipo de violencia -urbana, callejera, hostil- que se acentuó en la sociedad con la crisis económica, permeó los relatos : el gangsterismo, el tráfico de droga, los manejos sucios en la policía, la corrupción.
En un contexto similar se desenvuelve " el Aceitoso". El tratamiento que intento dar al clima, a su entorno - sostiene su autor ( material e intelectual)- es, ciertamente la recepción que tiene en mí toda la información que uno recibe sobre violencia, armamentismo, drogadicción, impunidad permanente. Al ser un personaje corrupto le está permitido ser vulnerable a todo eso, empaparse en ello. Si fuera un héroe convencional sería escéptico, ajeno, y no creo que cumpliera la misma finalidad con la misma eficacia (2)
A diferencia de lo que ocurría en el policial clásico, en la novela negra no se distingue el fondo de la forma, se confunden la víctima, el asesino y el detective. El investigador se ha vuelto cruel, escéptico, mujeriego y bebedor ; más que juzgar al criminal, lo comprende. Visión crítica de la sociedad, la narración es guiada por un nuevo punto de vista: el del asesino .( Boogie " Las contradicciones del sistema...) (3)
"He aquí un hombre de acción, duro de pelear, cuya sonrisa pensativa constituye el gesto más peligroso : el



hombre que odia recibir golpes sin devolverlos y que a nadie persona, hombre o mujer, muerto o vivo" (4)
Asi era descrito el protagonista de Cosecha roja , de Daniel Hammett, precursor de los personajes duros que, después , Boogie encarnó en las viñetas. Cuando Fontanarrosa
Publicó por primera vez su tira, en la década del 70, los policiales negros -ignorados en la Argentina hasta los años 60- cobraban cada vez más lectores.
Como los detectives duros, " el Aceitoso" sabe moverse en los suburbios neoyorquinos y en territorios cruzados por los negros , los chicanos y loa agentes de la CIA. Peleó en la Guerra de Vietnam, en la de Nicaragua y en la del Golfo. Mal que le pese, sin embargo no nació en un magazine yanqui sino en una revista cordobesa. No por nada dice " Jelou" , en lugar de " Hello".
Si hasta sus armas suenas distinto, herencia, probablemente, del genio de Hugo Pratt, tal como sugiere Fontanarrosa. " Él cambió la banda sonora de la historieta. Hasta que apareció el Sargento Kirk disparando su rifle contra los bandidos, en todas las historietas, los balazos sonaban : ¡¡¡bang, bang!!!. Pero, de pronto, el rifle de Kirk hacía " crack.crack,crack". Pensábamos que habíamos escuchado mal y tuvimos que volver a leerlo. Tiempo después, quizás en el 55, desde la terraza de mi casa, escuché unos disparos


aislados y sonaban como los de Pratt".
Es imposible, además no asociar al personaje con los matones argentinos, represores durante la dictadura militar y mano de obra sin ocupación fija en democracia. " Durante el Proceso pienso que pudo haber aparecido Boogie en ( el bar) El Cairo- dice el dibujante- . Es más estoy casi seguro de que estuvo. Vi a alguien corpulento que bajó de un auto con un cigarrillo en los labios, cerrando la puerta con violencia.
Entró por el lado de la ochava como si el lugar fuera suyo. Llevaba saco abierto para que uno entreviese el bufo. Boogie y sus amigos decían que El Cairo era una cueva de zurdos y seguramente él estaba allí para llenarnos de espanto"


Amor filial

Boogie se relaciona con al mundo de un modo utilitario y establece vínculos descartables con todo lo que lo rodea : trabajos, compañeros de bar, mujeres. Su única relación es con las armas, a las que quiere, cuida y protege como no hace con ningún otro ser.
De la madre, sólo es posible precisar que ya no vive y que se llamaba Eileen Jennifer Olmstead; en cuando al padre, apareció una sola vez en una tira que Fontanarrosa consideró tan mala que no fue recopilada en ningún libro. " El Aceitoso" tuvo también un hijo - a quien le dio para jugar una granada, pero esterilizada-, una tía y un primo, Ultra, el único familiar con el que tuvo un contacto algo más sostenido.



"Todo lo humano me es ajeno"

Dos capítulos de Ultra fueron publicados en la revista Tinta, en 1972, y el resto de la historia permaneció inédita hasta veinticinco años después, cuando fue recopilada en un libro por la editorial de la Universidad Nacional de Rosario, que se incorporó al presente tomo.
"El Aceitoso" nació como parodia de Harry , el Sucio mientras que su primo había tomado como referencia a James Bond, el agente 007 y eso marcó las diferencias desde el inicio. " Boogie se mueve por dinero. Ultra, en cambio, responde a razones que han pasado de moda : los ideales, la humanidad, alguna patria, el trato fraterno- explica Reynaldo Sietecase en el prólogo de esa edición -. A diferencia de Boogie, con su realismo duro, Ultra tiene un simbolismo poético que después no se repitió en los trabajos posteriores de Fontanarrosa. Hay un dragón con cierta melancolía, una nena que baila y desaparece, una persecución de un hombre misterioso Helotro y más "
Ambos se parecen físicamente. De su primo, " el Aceitoso" adoptó la forma de sostener el cigarrillo entre los labios y también los chistes breves, la ironía, ciertas referencias y los juegos con los textos. Boogie le guarda algo que en otros podría llamarse cariño, sobre todo por aquellos primeros años de la década del 70, cuando se sentaban a beber y fumar juntos. La última noche que se vieron, le advirtió " terminarás muerto defendiendo una causa perdida, o enamorado. No sé que es peor" (5)




Vivo o muerto




En la década de 70 Boogie comenzó a aparecer en el diario El Tiempo, de Colombia, y -luego de ser mudado de suplemento- su publicación fue finalmente suspendida porque, según argumentaron los editores, volvía simpática la imagen del "sicario", como se denomina allí a los asesinos a sueldo.
Por entonces, le llegaron a Fontanarrosa varias cartas de lectores que defendían al personaje. "Era una cosa terrible, tipos contentos porque por fin llegaba alguien que les pegara a los negros y a las mujeres". Una feliz lectura literal, que no interpreta la parodia.
A lo largo de su existencia, el personaje se instaló a punta de pistola en diversas revistas nacionales -como Humor y La Maga- e internacionales -como el prestigioso semanario Proceso de México-. Allí su nombre ingresó al lenguaje político: "ése es un Boogie" se llegó a decir para mencionar a tipos de oscuros procedimientos e intenciones.
Desde 1974, en que apareció la primera recopilación de páginas del héroe en forma e libro, publicada por Ediciones de la Flor, doce tomos renovaron su contacto con los lectores : el último, salió a la venta en 1995. un centenar de historietas no incluidas en ninguno de esos libros están en el presente volumen.
Pero no sólo en la Argentina se leyeron en libros las andanzas de Boogie. En 1975 se publicó en Italia, una


selección en un librito de la colección " Comic Strip" de la editorial E.A., bajo el equívoco título de Bogart. Mucho más dignamente apareció, también en italiano , Boogie, l Oleoso, en publicado en 1989 por Glénat. En Brasil se llamó Boogie, o Seboso, y lo editó L&PM Editora de Porto Alegre.
Conservand su nombre real, la editorial La Oveja Negra publicó en Colombia siete volúmenes que correspondían a los primeros de la edición argentina.
Mercenario sin vergüenza para inmiscuirse en cualquier asunto, hasta sirvió de inspiración a Fernando Aure para su ópera Un sueño olvidado, que presentó en 1989 en el Centro Experimental del Teatro Colón.
Sin que pueda ser localizado desde hace ya bastante tiempo, se vio a " el Aceitoso" por última vez en las páginas del suplemento Rosario/12.
Pero se trata de otra de sus viles patrañas : esas aventuras no son nuevas. A esta altura, ya es buscado hasta por su propios autor: " El caso es que la gente como Boogie, es que tiene la violencia como gesto, me da mucho temor. No me gustan nada esos tipos que dividen las cosas con una línea tajante entre amigos y enemigos".
Se recompensará con un ejemplar del presente libro a quien pueda aportar algún dato sobre Boogie " el Aceitoso". Vivo a muerto. ( Boogie : ¡ Oh , Shit ¡")




Judith Gociol


Referencias

(1) Braceli, Roberto , Fontanarrosa, entrégate. Ediciones de la Flor, Buenos Aires , Argentina , 1992. De la extensa entrevista que allí se reproduce fueron tomadas. Salvo aclaración en contrario- el resto de las declaraciones que se citan de Fontanarrosa.
(2) Ruiz Ibarlucea, Alicia. (selección y prólogo), Cuentos policiales argentinos. Huemul, 1989.
(3) "Las contradicciones del sistema" ver página 56.
(4) Braceras, Elena, Cristina Leytour y Susana Pittella, El cuento policial argentino, Plus Ultra Buenos Aires, 1986.
(5) Sietecase, Reynaldo (prólogo) Ultra. UNR, Editora, Rosario, 1997.

fuente:
http://www.negrofontanarrosa.com/boogie/fpb_fp.asp

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