viernes, 14 de marzo de 2008

ALFREDO ARIEL CARRIO DE LA VANDERA, DESDE 'ALDEA BRASILERA'...

“Horòscopo Provisorio “


En la mañana de mayo llegarà la mensajera
con su càbala repetida y ocasiones de siembra.

Oportunidades para aislarse y no verla
si no fuimos capaces
de sostener la estrella que desmienta .

Porque fuimos astutos a la deriva
y soldados del ejèrcito de cometas .

Estamos sin convenio de vidrieras .

Un sìndico de la memoria pisoteò la espiga sobre la maleza.

Aùn existen ojos azules
comarcas sin aduanas en bicicleta
funciones donde el uníco asistente
rechina la vejez de las trompetas .

Nosotros si que tenìamos
petróleo sin habitaciones con colmenas,
trenes de largo aliento que modificaban el alba
y agua natural jadeante de pequeñas promesas .

Habìa norte y sur y litoral y centro de la tierra .

Silbidos de capinteros amando la paciencia
y panaderìas rurales convocando banderas.

Los hermanos anarquistas no guarecían al poema
lo sacaban del pecho con la boca abierta
y cada pulmòn era compadre del otro pulmòn
y cada vecino se enamoraba de Luz Marìa Tierna.

Existen la providencias y las porquerìas .
Los encorbatados de siempre .
Los enmudecidos de siempre
y las muchachas repletas de saliva a la hora de la siesta.

Digo entre los trapos que me quedan
y las marchas que no cansan .

Que volverán los peatones del olvido
y los 30.000 temblores
y los tréboles de Patricio
y los gallos que despiertan a los niños
en los Tres Contienentes con Juan y Juana desvelados en sorpresas.

Si no llego a la calle de mi viejos almácigos
estarán los que quedan con su rosa puesta .

Pensando bien querida
hay que activar las uvas de enero,
y los inquietos pulsos de marzo.

Viene el Otoño.

Te amo con fondo de Astor
y palabras de Ernesto apuñalando las uñas .

Es la hora pactada para reconciliarnos
con los astutos cansancios,
con las medicinas indígenas,
con los jarros de sol y las canastas nuestras.



PENSAR LA VIDA

Pensarla y activarla.
Que se mueva. Mecerla.
Protegerla. Acariciarla.
Te lo dije,
improvisè una vez màs salvaciones.
Que deliren azules utopìas
acusando banderas de regresos
siempre ansiosas de partir .
En un minuto quiero señales fraternales
de nuestra existencia .
Hay fobias y miedos globalizando gentes
amontonados bultos
y mercancías que se ofrecen,
en medio de un tumulto increíble.
Hay una hora del dìa
para que te sientes a mi lado, corazón.
Hemos perdido impulsos,
la sinfonìa de temblar como virtud
y los remitentes humanos
que no se animan a nuestra soledad increíble.
Vivimos esperando la hora para ser
y los asombros ya no tienen destino ni canciòn.
Seamos sensatos.
No abandones la lucha y nuestros puestos.
Afinquemos las ramas de nuestra peregrinaciòn.
Solamente debemos aprender de la conciencia
todas las encrucijadas para jugarnos .
Pensar la vida y activarla
y que se mueva como una canciòn.



LOS ACORDES DEL CAMINO

PORQUE es indispensable devolverle a la calle
su bullicio abrumador de asfalto maltratado,
y embestir con el grito del cartero
a los zaguanes y ascensores despiadados.

Hay una mañana que no entiendo,
unas tablas inquietas que se mueven sin aliento,
y otra vez la bolsa del cartero con mensajes
que llegaron sin sentir de nuevo
repetidos desgano que dibuja miedos.

El viento terminal me asombra los cuadernos
dejando que partan estas simples alegrìas de pueblo.

Dejarè , como transportan los expresos
su atado terminal de palabras y recuerdos.

Encontrarè la empalizada del reposo
para escuchar las hojas que olvidè en la ruta del misterio .

Serà un acorde a cuatro manos
la campana que rescata tu silencio .

Por no poder ser màs santo ni bandido,
atrozmente te sostengo.
Nadie en la ocasión afirmarà èste destierro.
EL compañero roba= rosas ya partiò de otro puerto
y sin querer nos aproximan un indulto
que no pedimos ni queremos.

En el 76 la dignidad era fuerte
porque no creìamos en la concilaciòn del regreso,
y algunos sueños en el desfiladero
vieron con làgrimas una larga pena de almàcigo
de labios y gatillos en la vida oculta ,
y la estrategia de jazmìn recuperado.

Muy verde serà la naranja que toque la repùblica del miedo.

Es linaje musical su regreso.

Fruto de cansancios regresaràn los carteros
con sobres y estampillas de paises
donde se escarban los sueños,
de paises honrados con tormentas sin huecos
donde no tirita nadie por causal de canciòn .
Su silencio.



Vengo de Brooklyn,amor

Los desesperados gozan hacia el final de la huida.
Es saludable cambiar las mesas
y partir sin gesticular,
sin explicar porquè vino la maleza
sobre los rostros que concurren del sol .

Eso si :
las escobas de la sombra
perderían su tiempo y dormiríamos tranquilos .


Vengo de Brooklyn, amor.

Del tacto que tienen las salvaciones de Brooklyn
y de las ventanas que no guardan rencor .

En la primera de cambio
aprendo a amar de una vez por todas
y me sumerjo en la lluvia y sus quehaceres.

Todavía las paredes no se juntaron
y la convivencia de las hojas
no me piden permiso
con su puñado de almácigos malditos,
en el viento que va
en la peregrinación que viene .

Ay pequeña:
me olvidè que tengo tres pulmones
y una pierna renga
y una tùnica con breteles
y una muchacha que me espera
en la garita donde se reparan las tristezas.
Amo el trabajo, te dije.
El de las palabras con música de Goyeneche
y el de las tácticas que aullan compañìas
con un silencio que nunca tuvo tos.
Ahora se me viene el pulso que contamina
sobre la Avenida Washington.
Partì de una Aldea Entrerriana
a la Capital de los grupos sanguíneos .

Què barbaridad la poesìa.
Se me escapan los entonces .
Debe ser porque sòlo andamos en dirección indiscreta
y por necesidad nos convertimos
en espantapájaros sin dueños
y en canarios con sombreros que no dicen porquerìas .

No queda alternativa.

Volar debajo de la tierra con mis tres pulmones
y recordar como rechinaba el
viento en la ingle de esos dìas .

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