domingo, 12 de agosto de 2012

MARCELO RIOSECO, poeta y escritor chileno y universal nos entrega su palabra.




 


EL MILAGRO

...........Para Lyndsie Stremlow


Escribir para olvidar lo que ya sabemos
y sabemos tantas cosas,
pero no conocemos ninguna de cerca—
no es falta de disciplina, es ausencia de luz.

Pero siempre olvidamos.
Olvidamos, por ejemplo, que morimos lentamente
sin embargo, decir esto es tan inútil
......................./como escribir poemas
y yo no quiero morir, sino escribir poemas
porque es inútil y estoy cansado.

Olvidamos que hemos amado y cómo hemos amado
como si amar no fuera un milagro,
como si la transparencia que esa luz nos otorga
............................../pudiera reemplazarse—
lo mejor no podemos alcanzarlo con las manos
porque todo es un sueño vasto y numeroso
donde soñamos que escribimos un poema
......y hay luz, hay tanta luz
..............que quizás este sea
....................el milagro que tanto buscamos.



LA PALABRA NO ES DIVINA

La palabra no es divina
y los hombre son como perros—
“como son las cosas por estos lados”, diría mi padre
en la mañana nos tendemos en la playa
y al otro día amanecemos muertos.


LA VIDA DEBE VIVIRSE

Tienes razón:
lo mejor siempre está ausente
y la vida debe vivirse como si de verdad ocurriera
sin fatigarse demasiado
si es posible con alguna alegría.

Bien lo sabes
allí donde no he estado habría podido ser feliz.
Demasiado tiempo pasa el hombre en un mismo lugar
estando solo, continuamente solo.
Pero para eso son las tardes, mi amigo,
para caminar en soledad sin ser visto o bajo el sol
y pensar en ciertos lugares
y en mujeres que nunca conocimos.

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ARTE POETICA

La poesía es:
dar en el blanco arriba de un caballo en movimiento.
Más allá de esto, todo es perfección.



LIBERACION DE DOMENICO MARSO
Y REGRESO DEL EXILIO

Ya es tarde,
la luz entra por las ventanas
y se derrama por las paredes y sobre nosotros
imponiendo su serena fuerza en la habitación.
El invierno ha acabado
y con él, nuestra furia.

Hace seis días mi hermano Doménico Marso
ha regresado del exilio,
hace seis días
su presencia nos reconforta y nos exige.
Esta tarde, a la hora del almuerzo,
pronunció palabras magníficas llenas de sabiduría
y, por un instante, olvidamos
que Décimo Bruto gobierna y nos amenaza.

Anoche me ha dicho que sueña
con dorados peces y números azules.
Yo he asentido sin comprenderle
pero, quizás, sí le he comprendido.
Ambos hemos regresado a la casa familiar;
él, tal vez, para soñar
con peces fantásticos y números de colores
y yo, para verlo y comprobar
que un dios estricto y personal
lo protege
y con él, a nosotros.

Esta tarde cuando la luz estaba por extinguirse
meditamos
en esos días que dibujaron nuestro horror
y, por un momento, creímos
—ya lo he dicho—,
que habían quedado atrás y los podíamos olvidar—
una súbita felicidad, entonces, emerge
mientras mi hermano duerme
como un sueño iluminado
por la esplendente luz de este último invierno.



NUESTRA PIEL ES JOVEN
Y TODAVIA SE ESTREMECE

Que alguien corte las flores y las ofrezca,
que otro actúe insolentemente y le aplaudan,
que las canciones viajen desnudas
y busquen refugio entre gente peligrosa.

Nuestra piel es joven y todavía se estremece.



RECUERDA AL MAGNIFICO CESAR EMPERADOR

Recuerda al magnífico César Emperador
y no lamentes tu suerte
piensa que todavía la sangre
está tibia en las escaleras del Senado



TRIBUTO A MARIO ARISTODEMOS
EN SU NUEVO CUMPLEAÑOS

Porque eres poeta
no puedes hablar por ti mismo
y debes aguardar en silencio sin ser impaciente,
los dioses no te han escogido en vano.
La palabra es un zumbido que pocos escuchan
y en su imán se reúne lo que puede ser celebrado.
Otros deben trabajar para sostener tu hacienda
y que te envidien los maldicientes y los oscuros empleados.
Los verdaderos poemas no pueden esperar.



SEXTO EMPIRICO EMPLAZA A LA ACADEMIA La poesía es un centauro..Sólo una gran determinación
........... . y un vasto conocimiento de los animales salvajes
........... . te permitirá dominarla.’
...............    
Mario Aristodemos



Contra Lucilo y la prédica del gran conocimiento
Toda esa académica sabiduría
no es más que una vasta preocupación
por un orden superficial.
Lucilo, ya no hay nada en las bibliotecas para ti.
¿Crees que veinte libros son mucho?
¿Qué granjearse una reputación
en los fríos pasillos de la Academia te ayudará
a entender el delicado resplandor de las estrellas?
Si nada de lo que has escrito
ha sido convulsionado por una pasión violenta,
si ninguna línea tiembla por su frágil intimidad,
si la poesía no es un secreto compartido entre pocos
vasta es tu derrota y escasa tu ciencia.



TODO PARECIA ADMIRABLE EN TI

Todo parecía admirable en ti, mi bella Cloe,
y ahora esta derrota
la ruina de todos tus talentos.
Ha declinado tu misteriosa belleza
cómo me engañó tu dulce voz
y esos libros que leías para mí.
Tan pronto te alejaste de mi lado
aborreciste la luz, el pensamiento
escrito en verso, lo dicho en secreto
y te entregaste al comercio con usura.
Ahora toda esa claridad será desperdiciada.



SEPTIMO SEVERO ABANDONA LA ACADEMIA
SE PRONUNCIA EN FAVOR A LA POESIA

Clausura los negocios,
abandona el monótono papel legal,
el timbre de aduana y la Academia,
el deber pequeño que todo lo oscurece.
Se escribe sin tinta ni luz,
con poco dinero y en habitaciones desagradables;
con acreedores agolpados en la puerta como perros
y la bañera sucia y rodeado de enemigos.
Los delicados metros que hoy se elogian en la corte
alguna vez fueron borroneados en hojas baratas.

QUINTO FABIO Y LA PRETENDIDA LIBERALIDAD

Quinto Fabio indica que toda belleza
es una forma de peligro
y el placer en la forma de la embriaguez
es más poderoso, pero menos perdurable
que las crueldades de la castidad.

Por ello los jueces se abstienen
y los poetas se disipan,
pero no Quinto Fabio, no él, cuyo metro
es exacto
y nunca exhibe en el oficio ninguna liberalidad.

Pocos lo han visto borracho
y se cuida de no arruinar su música
por debilidad hacia sus numerosas amistades.
¿Qué otro poeta podría decir lo mismo
y jactarse de haber compuesto lo mejor de su arte
en la más equilibrada serenidad?

Es cierto que otros poetas han sido más arriesgados.
Itálico escribe sobre el Senado y es obsceno,
Salustio Agripa ensaya el verso como si fuera prosa
y en las aulas de los liceos
los aplauden por su arrojo y extraña invención.

Pero una sobresaliente personalidad
no es prueba de maestría
ni el dolor, prueba de profundidad.
Hay quienes deleitan con su discurso,
hay quienes sufren sin aprender.



LOS NUEVOS DIOSES DE OCTAVIANO

Por orden de Marco Favio Miliciano
en las fronteras de Filipo Lépido
ha caído abatido el rebelde Octaviano.

Décimo Bruto Macrón ha enviado de inmediato
diez mil hombres a sus fronteras
y expulsado a todos los embajadores de Marco Favio
sin orden ni consulta sino por propia decisión.

Lo ha llamado —como era de esperarse—
esbirro del César, ladrón y otras tantas barbaridades.
Filipo Lépido rápidamente las ha creído
y ahora todos reclaman acciones imprudentes y peligrosas
porque Décimo Bruto promueve el desorden ajeno
pero castiga a los suyos en su propia casa.
Alguien debió haberle advertido
que los soldados traidores
son los peores y más crueles generales.

También se ha dicho que los nuevos dioses de Octaviano
sirven a los desposeídos, a los pobres
y a todos los menesterosos e infamados,
pero los pobres no ven sino las barbaridades de la guerra,
la muerte, el secuestro y muchas atrocidades.

Esta tarde he aprendido
que los nuevos dioses de Octaviano
se regocijan con oro y con sus manos manchadas
de innumerable sangre se cubren el rostro.
Quizás no tengan rostros, quizás no haya sino guerra.

Marzo 04, 2008


PERDURA LO QUE EL FUEGO ALIMENTA



Marco Marcelo vacila ante las magníficas bibliotecas,
los jardines de los liceos y la elegante erudición.


¿Qué sabía Máximo Valerio
acerca de las publicaciones autorizadas
y que todo comentario era asunto legal?
Las hermosas ediciones
están llenas de eruditos comentarios.
Tres veces insultó Valerio al Senado
y habló para el escándalo público,
en plena borrachera y sin ninguna prevención.
La gente decente muere en su cama,
los poetas sobreviven con canciones.
Piedad para los que lloran en las bibliotecas
y a esta hora ambicionan el oscuro aguijón de la poesía,
piedad y amor para los que recitan en los jardines de la Academia
y tienen nostalgia del fervor y deseos de guerra.
Los libros están fríos y el cuerpo se lamenta.


De Espejo de enemigos, 2004.
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YO SOY TODO MENOS YO MISMO

Yo soy todo menos yo mismo.
como una Oficina de Impuestos
donde todo es ajeno, pero se conoce bien
existo, pero periféricamente, para otros
hay documentos, pruebas, papeles firmados y
sin embargo....
Yo, frecuentemente, no existo
pero sucede que, a veces, me acuerdo de mí
y me sorprendo llamándome, mirándome
al espejo como si me reconociera.
Pero no soy, no puedo ser.
Soy como quien vive en un hospital
existo sólo cuando estoy enfermo
de otra manera me olvido, camino
y hasta me alegro.
¿Qué pienso de todo esto?
No sé que pienso de todo esto, sucede
incontinente, progresivamente.
Extraigo mi alma vestida de yo, la interrogo
pero es otra sombra que se adelgaza con el sol.
Soy todo lo que existe sin existir,
soy todo lo que existe sin respirar y respiro,
soy todo lo que se agita y yo salto, aplaudo.
Existo, respiro. Yo, sin embargo...



HOY SALIENDO A LA CALLE

Hoy saliendo a la calle
me he puesto abstracto
como si me resfriara de pronto
o un viento o una palabra rara
se me metiera por los huesos
y yo tonto no pudiera definirla.
Abstracto, digo, como un cuadrado
o una proporción matemática o un papel en blanco,
pero con piel, glándulas y ojos
y todo en un solo cuerpo, sin embargo
triste, universalmente triste.
Hoy sin quererlo saliendo a la calle
me ha salido al encuentro la abstracción
y me ha dejado con un número solo
algo hermoso, creo, pero solo y un poco absurdo
después de todo nadie puede vivir tan solo
hay cuadrados, matemáticas, pluralidades
pero, yo, malo de salud, pienso:
he cogido eso que llaman abstracción
y su dolor me ha atorado
como una bala en un fusil viejo
que una vez disparada se acaba el dolor
la abstracción, yo y todo, digo.



Y NO QUEDA MAS REMEDIO QUE SUFRIR

Y no queda más remedio que sufrir.
Sufrir con los números y en las calles
sufrir sufriéndolo todo
porque se vive con la piel, cerca de la retina
con todos los órganos expuestos y vivos.
Sufrir en los autobuses, en los trenes
o arriba de los árboles, a solas o acompañado
para que todo sufra con nosotros
y sea con nosotros, como una palabra ciega,
omo un mensaje telefónico
cuyo mensaje hemos perdido.
Sufrir a los abogados, a los médicos,
a los conserjes, a los extranjeros, a mí mismo,
sufrirlos a todos, especialmente a los chilenos
que se me viene en grupo y a mansalva,
sufrirlos con intensidad y anticipación
sufrirlos sin nacionalidad ni país
o derecho territorial, imaginando que no se sufre
o que se puede sufrir
y que no hay más remedio que hacerlo.


De 2323 Stratford Ave., 2004.
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¿QUIEN ORDENA LO PERDIDO Y LO RESTITUYE?

¿Quién ordena lo perdido y lo restituye?
Lo único, aquello que ha sido recuperado
de la semejanza y el desorden de los días-
aquello hemos perdido.

¿Hacia quién se ordena la riqueza de las horas
y se inclina con humildad frente al mundo?
¿Quién conoce las palabras exactas
y nombra al misterio y lo fecunda?
¿Quién irrumpe en silencio y asciende
y en lo profundo es todo para sí?

Allí donde lo disperso no interviene
lo único es convocado. Y
aquello que hemos perdido retorna
sin premura logrando, por fin, su comprensión.

Lo perdido es una palabra
inmune a los oscuros trabajos de la muerte
y los hombres, a veces, la buscan
pero sus huellas son monedas oxidadas por la locura.

¿Quién restituye el ser de las cosas
y transcurre impune sin envilecerse?
¿Quiénes buscan el milagro perdido,
si el mundo no se consagra en el mito
y lo inunda una lenta desesperación,
como las aguas inmóviles de un río secreto?

Lo perdido es una ciudad olvidada
donde la pureza es una palabra transparente,
donde lo que le ha devorado su belleza
no se entrega a los hábitos del olvido
y resurge victorioso en una hora única.

¿Quién ordena lo perdido y lo restituye?
¿Quién desde su abismo no se confunde
y entre extraños logra consagrar lo vivido?
¿Quién entre los hombres conoce el fervor
y en su rostro hay un nombre oculto
llamado a lo divino cuando todo se ha perdido
y los días son un reino difícil que ya no conocemos?

01 de noviembre 1999

Y CONOCERAS LA PLENITUD
DE LOS LUMINOSOSO ATARDECERES

Velo todo y corriendo
para cuando descanses
sepas qué es descansar y recordar.
Todas las ciudades son una trampa
y la tuya es la peor de todas.
Sé impaciente, inconstante y peligroso
nada en esta vida está demás.
Las flores son rojas y el hombre, un mendigo
nunca lo olvides.
Cuando la soga se estire en tu cuello
despídete de todo y sin temor
otros han peleado mejor que tú. Nunca lo olvides,
sin embargo, como una lámpara de oro
tu corazón brillará de nuevo
el cielo es inmenso y el mar se agita.

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VASTEDAD DE LA EUFORIA

Hay quienes en la difícil prolongación de la soledad padecen de melancolía y son como astros ciegos en una órbita anónima.

Hay quienes en los vértices de la conciencia padecen el fulgor de la palabra cuyo dialecto es perfecto como el movimiento de una serpiente rodeando a su enemigo.

Hay quienes saben de las doradas bestias de la locura y un poder mágico los protege del laberinto y el atardecer.

Vastedad de la euforia, furor de la incertidumbre.

Ilumina a los derrotados en viejos hospicios con techos de cal roja, cuya fecundidad se despide y es lenta como la mirada de los amantes, como el silbido de navíos alejándose desde embarcaderos cuyos nombres son antiguos y nadie conoce.

Ilumina a los que no han sido vengados y arden en los pastos rojos de la impaciencia. A la mirada indescifrable de los que aman y escriben en el aire palabras de humo dictadas por la luz imposible de algún ángel.

A los que fueron amados con reserva y no pudieron iluminar el eterno bosque de los enamorados y fueron expulsados, sin ser insensatos, con un gesto inclemente que recordaba el invierno y la derrota del urogallo.

A los que maldicen las despedidas porque saben que sólo retorna lo que ha conocido la piedad y separarse es levantar oscuras tiendas en los párpados de los huérfanos, que a esta hora se miran en los espejos tristes del abandono.

A lo que han sido cautivados por los lamentos de Cátulo y lloran en secreto palabras en latín cuyas heridas el tiempo no ha logrado abolir.

A los que se cuentan entre el séquito de los que han huido de la indiferencia de los métodos y las conspiraciones para asesinar un tigre.

A los que creen en el imán de las palabras porque aún lo que discurre se reúne y puede ser celebrado.

A los anzuelos dorados de la amistad que permite a los hombres protegerse del falso brillo de la soberbia y algo los redime porque conocen el arte de hablar lentamente.

A los que han escuchado el vago rumor de la poesía y ahora son jinetes y cabalgan condescendiendo al ruido y al rudo trato de los comerciantes; seres que para los filólogos son como una pasión urdida en secreto desde los polvorientos estantes de las bibliotecas.

A los amantes que imploran la congregación mítica del unicornio y sus jardines secretos donde crece la gema pura de la perfección.

A los que enseñan los versos de otro y en la soledad de los claustros lloran la transparencia íntima de un hexámetro escrito por un vendedor de mariposas en una isla griega. A los que rechazan el círculo metálico de los argumentos y adivinan entre sus páginas el fósforo insomne de los videntes.

Al viento y el aroma de la primavera que a esta hora entra en el cuerpo tibio de las muchachas y las sacude del letargo de los aposentos con la inminencia del deseo.

Al tábano y sus aguijones azules, a los barberos que reproducen el cansado gesto de los desesperados, al poder de la ballesta y a la hermosura de la palabra que la nombra, a las luciérnagas cuyas lámparas de pétalos iluminan un extraño oficio, a los monjes cuya oración es exacta y se desenvuelve en el ámbito puro de las matemáticas, a los dioses que han sido incapaces de olvidar la brevedad de nuestros rostros, al tigre que embellece los bosque con la presencia del peligro. Al que amó y fue traicionado porque conoció el secreto de no ser él mismo, a los inocentes y a los piadosos porque no saben vivir de otra forma y son como un sueño hermoso en un jardín ajeno.A todos los que se detienen y celebran pero los persigue el áspero escarnio de los insomnes y también son leves semillas de un sueño que ya nadie recuerda.
A todos nosotros, vastedad de la euforia, ilumínanos.

De Resplandor para el que sufre y mira la multitud con desvelo.
(1998).
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LUDOVICOS (manifiesto inédito)


Ludovicos es la explosión de la alegría en un mundo triste y desencantado.

Ludovicos no es prosa, sino poesía de alta ignición, sin embargo, Ludovicos puede ser escrito en prosa, pues el orden de los elementos no modifica el resultado.

Ante la fuerza de un axioma Ludovicos propone la puerta del misterio, después de todo el misterio es otro axioma.

Ludovicos es puro entusiasmo, sus detractores ni son puros ni tienen entusiasmo.

Ludovicos no es una palabra ni un libro, es una forma de cazar palabras y leer un libro. Tampoco es pasto para los periodistas, pues aunque está aquí y ahora puede estar mañana allá o acá.

Ludovicos no necesita de seguidores, pues él no sigue a nadie.

La crítica para Ludovicos es un hermoso laboratorio, pero Ludovicos no es ningún científico.

Ludovicos no es un sujeto ni está sujeto, esto es difícil de comprender, pero no imposible.

Ludovicos está rodeado de amigos porque la amistad es un hallazgo como el encuentro de un poema que contiene nuestro nombre.

Hay una literatura que le llega a todo el mundo, pero Ludovicos lee otros libros.

No hay nada como la belleza de las abstracciones, por esa razón, Ludovicos se ha propuesto lo concreto. Una metáfora también es un objeto, la única diferencia es que las metáforas vuelan y los objetos no.

Se ha constatado con precisión milimétrica el fracaso de la modernidad y la llegada del mundo fragmentario, pero Ludovicos se ríe de los peces de colores y se dedica al ajedrez internacional.
Ludovicos no se impone tener la razón que es una actitud infantil y criticable. Tener la razón no tiene ninguna importancia.

Ludovicos es un inútil, de ahí su atractivo. Lo nuevo es interesante, pero no todo lo interesante es nuevo.

El azar nunca podrá ser abolido, más vale cantar y tener buena voz.

La poesía es inútil para aquellos que no saben cómo descifrar un enigma. De otro modo no se entendería que haya tantos poetas y tan pocos lectores de poesía.

La poesía es una aventura del mismo modo que el pensamiento o la ausencia de principios.

Los comentarios sólo se hacen acerca de cosas plenamente comprensibles. De ahí la música; y de ahí, Ludovicos, el músico.

Ludovicos no se complica, siempre habrá una puerta de salida. El milagro existe por esa razón la frase preferida de Ludovicos es: “¡Agua va!”

Los poetas de hoy practican la locura agresiva y el instinto de gremio, nada de esto puede afectarnos, Ludovicos no es lectura obligatoria.

La libertad es una ofensa contra las cadenas de la vida cotidiana. Cada oveja con su pareja y al César lo que es del César.

Las vanguardias están muy bien, pero Ludovicos está mejor.

Para que el arte pueda ser ruptura tiene que se robusto como un brontosaurio o liviano como la pluma de un ángel, pero los brontosaurios y los ángeles son criaturas extinguidas, de ahí la necesidad de usar la imaginación. Esto no es más que otra forma de la poesía de alta ignición. Lo mejor está por verse.

Se le reprocha a Ludovicos no ser un caudal de desgracias, pero al menos es un caudal.

Ludovicos trae un nuevo viento que no mueve simplemente las hojas.

A Ludovicos no debe tomársele en serio. Su discurso es contradictorio y no se apoya en ninguna teoría reconocible. Esto le ha traído un sinnúmero de problemas académicos. Vaya uno a saber por qué.

Ante la caja de ahorros, el despilfarro. Ante la marcha militar, la danza, pero ante Ludovicos quién sabe.

Ludovicos adora escribir manifiestos, pero no cree en ellos. Esto es de una lógica meridiana.

El poeta no es dios ni un pequeño Dios. La poesía no salva a nadie, pero lo cambia a todo.

Un día Ludovicos salta y desaparece. Esto no debe sorprender a nadie. Otro día vuelve a aparecer, saluda y se confunde con la multitud. Lo importante no es estar, sino aparecer. Ludovicos cree que así se escriben los grandes poemas.
1997

fuente: http://antologiaprsonal.blogspot.co.il/ 




Saturday, 22 May 2010

Lived As If it Really Happened

You are right:
what is best is always absent
and life must be lived as if it really happened
without exhausting oneself so much
with some joy if possible

You know well
that where I have not been I could have been happy.
A man spends too much time in the same place
being alone, constantly alone.
But for that there are afternoons, my friend
to walk in solitude without being seen or under the sun
and think about certain places and women we never knew.

Now That All Has Come to Pass



Arriving in a new city and living alone
when you have walked other streets
and loved the people of Europe.
Arriving in a strange city,
braving the brazen glances of youth.
Enduring nights alone with neither God nor family,
as a man removed from the world he observes
and, in spite of his cries, is not heard.
With no body bare and blooming between the sheets
Living in shadows with a useless secret
And one day when it is too late,
thinking of the books you have not written
on trips and on idle afternoons.
Living alone exhausting memories:
The naked streets that lead to the familiar house
The beaches from where in front of the sea
I wrote: “Tomorrow I will live alone
and what has passed will have been like finding happiness.”
Now I have gone forever,
far from the harsh herd and their futile positions.
Now I live alone and wait
But one day everything will have come to pass
and courage will no longer be required.
In silence closing your eyes and without fear
saying: “I came to this world pursuing a phantom.”
“Men are fools and do not know how to love.”
And disappearing as the last train of the night
leaving only its smoke suspended in the air.
And all will have come to pass in a strange city
far from the sea and the friends no one knows.



In Silence We Bear the Heaviest of Burdens

In silence we bear the heaviest of burdens,
a weight it seems was altogether forgotten.
The voice that swelled and swiftly fell mute within us
is stirred from a profound sleep, drawing
its purest breath of being in consummate silence.
That which we are, we are denied,
and truth is obscured by the words we assign it.
The persistence of God, death,
everything marked by greatness
implores man to fulfill its purpose.
But how far from us fate occurs
We grow very quiet to listen for the end,
for in silence the earth reveals its abundance.
But how difficult this knowledge is
And no man readily directs his spirit toward what is desperate.
Days among men are difficult
Those who surrender to silence are better off,
conceived in the pure acts of sacrifice, vowing solitude,
suspended between bliss and misfortune.
Those men born to burn for this struggle cannot be helped,
and find the fullness of their lives articulated only by silence.



The Golden Coins of Twilight

Because life is victorious despite death’s mark upon it
Because there is too much cultivated land
lying in wait for an eternal spring
Because no one knows what the birds or lovers
are waiting for, sleeping at this hour
in cheap hotels near the highway
And far from them-among the old hills
and in houses scattered between mountains-
other lovers, not so different from them,
contemplate tomorrow more slowly and with less hope
because they know that the dead inhabit forests,
and at one time were young, blind, and dangerous.
But they no longer consider the stars
nor the golden coins of twilight.

Life triumphs without effort, this is certain,
like a long dawning with no need for gods
forgetting also the sacrifices of those who
were initiated in the silence that precedes all mystery.
Time confounds blood with the soiled sands of cemeteries.
All gifts are mislaid
and all return to be, time and again, reclaimed.
This is the sun that burns beyond the cities
The one reserved on rainy days
when the sky is azure and opaque alike
But the cities do not cease and people leave their houses
and Sundays are merely vague moments
for the silence that finds us alone
and asks us about the children we never had
about the things we obscure that now pursue us
about that which meant something more than our lives
a splendid hour that appeared upon touching us
like a golden coin in the dawn.



We Never Triumph in Spite of Innocence

For those who have recovered,
and life has been like a long disease
they are in the world like others, the different ones
those who witness victory without astonishment
to recover is not to triumph.

Where we, the victorious ones, believed ourselves winners
there death prevails
well, nothing gives us as much enthusiasm as forgetting.

Those who have survived know only this:
they have survived and, now, may only hope for the worst.
For that which sickened them before
is transformed and awaits death
yielding that knowledge of the end
without pause, without recognizing all they fought.
For the arduous and the understood
are only forms of initiation into purity
when in life and in the world
you are lacking these things.
But, those who have recovered know
the futility of preparation.

We aspire to die bravely
but, we never triumph with innocence
Death always defeats the purity that equals it.



The Divine Is Merely a Word

Possessing solely
the stuttering of a word we consider sacred
without knowing how it is illuminated
returning to that which was one time celebrated
and finally intending to know it.

To have burned with a vague desire
feeling, at times, a strange victory.
to defeat without knowing what we have defeated
and to call that living
A seed scarcely touched by a miracle
An anonymous place where desperation
is a blind well whose waters death drinks.

To possess merely this novel utterance
Its exact writing in one page
That will never be ours.
In that we imagine we have triumphed
And now may completely abandon ourselves
to the outburst of one word written with precision
But no one triumphs in front of silence
Nonetheless, to endure forgetting this discovery
Indicated by what is absent, this tremor
whose signals are the only language we can speak.





MARCELO RIOSECO



Poeta, narrador y ensayista. Fue Jefe del Departamento de Extensión de la Universidad del Bío-Bío (Concepción, 1994-1998). 


Radicado en Santiago trabajó en la asistencia creativa del programa de televisión La belleza de pensar, donde más de 150 escritores e intelectuales hispanoamericanos fueron entrevistados (Mario Vargas Llosa, Javier Cercas, Augusto Monterroso, Gonzalo Rojas, Alfredo Bryce Echeñique y José Saramago, entre otros). 

Entre los años 2000 y 2002 fue editor de la publicación mensual de poesía "Noreste", y en radio ha sido panelista de diversos programas dedicados a la poesía chilena y latinoamericana. 

En 1994 con el libro Ludovicos y la aristocracia del Universo ganó el Primer premio de poesía “Revista de libros” organizado por el Diario El Mercurio en Santiago de Chile (1994). En 1995 Editorial Universitaria publico este libro.

Sus trabajos han sido recogidos en diversas publicaciones y antologías en Chile, Argentina
, República Dominicana, Nicaragua, México y USA. En noviembre del 2008 se doctoró en la Universidad de Cincinnati, Ohio, USA, con la tesis: “Ludics Elements in Three Authors of the Chilean Post-vanguard: Juan Luis Martínez, Diego Maquieira, and Rodrigo Lira”. 

Actualmente vive en Norman, Oklahoma.

fuente:  http://marcelorioseco-poesia.blogspot.co.il/

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