domingo, 30 de septiembre de 2012

'El franquismo, complice del holocausto' , por Eduardo Martín de Pozuelo Dauner



'El franquismo, complice del holocausto'

Tras el éxito de Los secretos del franquismo, y hurgando en el mismo pozo documental de archivos secretos desclasificados, esta vez no solo de Estados Unidos sino también del Reino Unido y Holanda, Eduardo Martín de Pozuelo vuelve a sacar a la luz una verdad histórica cuidadosamente escondida por el régimen franquista. 

Y hay que decir que con éxito, porque hasta ahora nadie pensaba en Franco cuando se hablaba del holocausto, como si la España pronazi de principios de los cuarenta hubiera visto de lejos cómo Alemania deportaba y ejecutaba a millones de judíos. Pero la realidad tozuda, que aflora en los documentos citados, muestra que Franco pudo salvar a decenas de miles de sefarditas, pero prefirió dejarlos morir, a pesar de los reiterados ultimátums alemanes que le advertían de las medidas extremas de que serían objeto.

 Eso sí, no se olvidó de reclamar las propiedades y el dinero de los deportados, considerados por tanto ciudadanos españoles en toda regla. Algunos diplomáticos actuaron por su cuenta y contra las órdenes de Madrid, para salvar unas decenas o unos cientos de personas; y cuando la guerra cambió de curso y los aliados empezaron a presionar a Franco, éste se apropió de sus actos heroicos para ganarse la benevolencia de los vencedores. La primera parte de este libro desgrana todo lo dicho de una forma contundente y es un dedo acusador contra la complicidad del franquismo con la barbarie.


    La segunda parte aborda otros episodios como el impulso alemán que recibió el golpe de Estado de 1936, una tesis ya apuntada en Los secretos del franquismo pero que aquí aparece reforzada, y el control también nazi de la prensa española, y termina con el difícil camino de la transición tal como lo vieron el resto de países occidentales, una transición que también conllevó el primer homenaje de un jefe del Estado español, el Rey, a las víctimas de la shoah
.



Todos deberíamos
saber qué pasó

Prólogo

Este es el libro de un periodista y está escrito con la intención de que el lector compruebe los elementos que narran esta penosa visión de nuestra reciente historia. La obra es el complemento directo de otra anterior de esta misma editorial, Los secretos del franquismo1 y también de varias series de reportajes publicados en La Vanguardia que fueron recompensados con el premio Internacional de Periodismo Rey de España y con el Raoul Wallenberg. La base de todo este trabajo reside en sucesivos rastreos efectuados en los archivos de Estados Unidos, Gran Bretaña y Holanda, principalmente, y cuyo resultado ha sido el hallazgo de documentos secretos que atañen a España. Unos documentos que desvelan hechos que en su día el franquismo trató de esconder.
El texto se articula entre dos extremos: uno es la España nazi, sus circunstancias y consecuencias; el otro es la transición, que aparece como la salida a un oscuro y largo túnel. Cruz y cara de la misma moneda.


El libro empieza con el comportamiento español respecto al exterminio de judíos durante la II Guerra Mundial. Para este periodista ha sidoimposible leer documentos nazis referentes a España y el holocausto y no sentirse muy mal. 

En los archivos referidos hay un fondo de miles y miles de papeles hallados en Alemania por los aliados al fi nal de la
II Guerra Mundial o interceptados por los servicios secretos angloamericanos que abundan, uno tras otro, en un horror del que España fue cómplice por acción y omisión. No hay excusas. No sirve de nada decir que Franco no sabía lo que sucedía con los judíos. Es mentira. Lo supo,y por conducto ofi cial. Hasta los alemanes le dieron varios ultimátums
que no dejaron lugar a dudas. Es más, los nazis, que 
fijaron con precisión industrial sus plazos de exterminio, tuvieron con su amigo Franco la deferencia de otorgarle varias moratorias para que el régimen pudiera hacerse cargo de los judíos que los censos nacionalsocialistas consideraban españoles. La respuesta del dictador español fue el olvido reiterado y el retraso intencionado en la toma de decisiones que podrían haber salvado la vida de miles de niños, mujeres y hombres. Pero, atención, el asunto es más perverso: la dictadura que no salvó a las personas sí reclamó a Berlín los bienes materiales de los deportados a los que negó el pan y la sal.

¡Pero sí que hubo judíos salvados por españoles e incluso por Franco!, podría argumentarse. En efecto los hubo. En un número difícil de calcular pero en todo caso ínfi mo en relación a la magnitud de la catástrofe.
Sucede que los judíos que se salvaron por mediación española lo fueron por la actitud heroica y estrictamente personal de un puñado de diplomáticos españoles. También es cierto que hay algunos salvados por mediación gubernamental española, pero después de que Estados
Unidos y Gran Bretaña presionaran a un Franco que en su falsa neutralidad había cometido errores de bulto.
Es difícil comprender las razones que puedan esgrimirse para que este asunto no sea de dominio público y se estudie en las escuelas. ¿O tal vez estos hechos no forman parte de nuestra historia?

Hay otras incógnitas que emergen de los documentos a las que lesfalta una respuesta coherente. Una muestra. ¿Qué les sucedió a los aliados que, estando al tanto del genocidio que se estaba produciendo, inexplicablemente no emprendieron acciones de guerra dirigidas exclusivamente a evitarlo? ¿Por qué no 
bombardearon sin descanso laslíneas 
férreas que conducían hacia los campos 
de exterminio? La respuesta está en el viento.

Pero el lodo de la complicidad española con el holocausto procede de unas aguas llovidas unos años atrás que aparecen en los siguientes capítulos. Las pistas documentales indican que el nacionalsocialismo incitó la 
sublevación de julio de 1936 contra la II 
República y que, al triunfar los insurrectos, 
después de tres años de Guerra Civil 
durante los que Alemania no regateó 
ayuda, los lazos hispano-nazis se 
tornaron ideológicamente indisolubles. 
De ahí la complicidad genocida, el 
control alemán de la prensa española
durante la II Guerra Mundial y la 
ocultación sistemática de la realidad. 
Nuestro pasado había que guardarlo 
debajo de la alfombra aunque 
soviéticos y angloamericanos supieran 
de Franco mucho más de lo que nos 
contaron.

En el precedente Los secretos del franquismo se explican las razones aliadas para tolerar a Franco tras la derrota del eje al tiempo que ya se adelantaba la pista nazi como pieza básica del alzamiento. Entre sus instigadores citábamos a Hans Hellermann. Posteriores 
investigaciones efectuadas desde 
La Vanguardia en estrecha colaboración 
con el periodista Jordi Finestres y 
publicadas en el Magazine (22 de 
febrero de 2009) reafirmaron las 
sospechas adelantadas en el anterior 
libro. Y después, nuevos datos 
añadieron certidumbres a una pista 
que sigue apuntando tercamente en 
la misma dirección.

Pasaron los años, Franco murió y un joven Juan Carlos maniobró en secreto a favor de la democracia. Quedaba atrás un pasado muy oscuro.
Era la transición, el cambio. Los servicios secretos occidentales tomaron nota de todo, y aquí lo explicamos. Un poco después, Juan Carlos sería el primer jefe de Estado español que rendía homenaje en el Yad Vashem a las víctimas del holocausto apartándose 
del legado de Franco y de Isabel la 
Católica, la reina española más 
admirada por los nazis.

Eduardo Martín de Pozuelo Dauner

Índice
Prólogo
Todos deberíamos saber qué pasó 9
Primera parte
Franquismo y holocausto
Capítulo 1
La complicidad del franquismo con el holocausto 17
El conocimiento del exterminio fuera de Alemania 17
La actitud de Franco ante el holocausto 20
El principio de la catástrofe 24
Deshumanizar como pretexto para matar 32
Ultimátum del III Reich 39
Franco y la cuestión judía 41
‘Isabella’ la Católica, un icono nazi 45
Españoles por decreto de Alfonso XIII 51
La historia que no nos contaron 52
Emerge defi nitivamente la España criminal 57
Un aviso del duque de Alba 60
El galimatías francés 61
Un gobierno prosemita sólo por obligación 64
El error que debilitó a Franco 70
La mentira española 75
El asunto del ‘Nyassa’ 77
La universalización de la mentira 81
Capítulo 2
Los héroes 85
Españoles contracorriente 85
Las adopciones de don Julio 86
Salónica hablaba español 97
Ultimátum nazi a Salónica 99
La soledad de un cónsul en Atenas 103

Eduardo Martín de Pozuelo Dauner (La
Jonquera, 1952) es uno de los grandes 
nombres del periodismo de investigación 
en España. Su trayectoria, iniciada en el 
diario Pueblo de Madrid, se ha desarrollado
sobre todo en La Vanguardia, donde 
empezó como reportero en1975. A los dos
años, ya dirigía el área de Sucesos y poco 
tiempo después cofundaba elequipo de 
investigación del diario, pionero en
España y un referente en las facultades 
de periodismo, del que fue redactor jefe 
durante diez años. Es autor de las 
informaciones que desvelaron la mafia 
española (premio Ortega y Gasset 1985), 
de los trabajos “La peseta Connection” 
sobre contrabando y tráfico de dinero 
(premio Ojo Crítico 1989), de los reportajes 
sobre la delincuencia organizada en
España (premio Ciudad de Barcelona, 
1989), de la investigación sobre los 
desaparecidos españoles durante las 
dictaduras de Argentina y Chile (premio 
Derechos Humanos 2000), de los 
reportajes sobre el botellón (premio 
Reina Sofía 2004), y de la serie de 
setenta reportajes basada en los 
documentos desclasificados por Estados
Unidos (premio Internacional de 
Periodismo Rey de España 2006) que dio
lugar al libro Los secretos del franquismo
publicado en esta editorial y de la serie 
sobre el holocausto que le supuso en 
2009 el premio internacional Raoul
Wallenberg. Otros trabajos destacados 
del autor han tratado el maxiproceso a 
la mafia italiana, el GAL, el contrabando 
en Galicia, las células durmientes de Al 
Qaeda en España y el atentado del 11-S, 
entre muchos otros. Ha publicado La
Cosa Nuestra, con Jordi Bordas, Guía 
de la corrupción, con Jordi Bordas y 
Santiago Tarín, y España Acusa, con 
Santiago Tarín. Hoy es miembro de la 
sección de Opinión y coordinador del 
área informativa de terrorismo de La 
Vanguardia.

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